Mientras me destruyo la vida, otros luchan por disfrutar cada gota, buscando recuperar la movilidad de cada ilusión rota, el alma se conforma con cada uno de los vicios evadiendo un nuevo estado de conciencia, buscando formas para dejar de respirar y evitando a toda costa a ese ser que me quiere acompañar mostrándome que la vida si se puede acariciar que si la puedo provocar...
Puedo colocar en su lugar un mundo nuevo en donde yo me pueda encontrar, pero en lugar de eso busco la muerte en cada lugar donde me pueda negar.
[con especial dedicación a mi buen amigo, José Armando Madrigal]